La reapertura de los juicios por violaciones a los derechos humanos durante la guerra sucia militar contra la sociedad argentina no ocurre en el vacío. Por el contrario, es la culminación de un complejo proceso político y social, cuyos antecedentes constituyen la sustancia de este libro. Su primera edición coincidió con el alzamiento carapintada y precedió por pocos días a la sanción de la obediencia debida. Nadie conoce estos pormenores mejor que Horacio Verbitsky, quien suma a una descollante labor de investigación periodística su desempeño como presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales. A su pedido, el juez Gabriel Cavallo declaró por primera vez en 2001 la inconstitucionalidad y la nulidad de las leyes de punto final y de obediencia debida, que luego ratificaron diversos tribunales y el Congreso de la Nación.